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La transformación digital en la industria minero energética implica asumir un costo: el de una mayor exposición a los ataques cibernéticos. Expertos analizaron cuáles son los riesgos y cómo enfrentarlos.

“El cibercrimen es un delito más rentable que el narcotráfico”, indicó Christiam Garrat, socio de Risk Advisory en Deloitte Perú, durante su presentación del bloque de ciberseguridad de la decimotercera edición del XIII Simposium de Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones, Automatización y Robótica (TICAR) 2022. “El volumen financiero de daños generado por la ciberdelincuencia llegará a US$ 100,000 millones en el 2025”, aseguró, y el Perú no es ajeno a estos eventos: entre el 2021 y el 2022, la pandemia dejó al descubierto muchas deficiencias de las empresas para adoptar la transformación digital.

“Dos años antes de la pandemia, la ciberseguridad era un riesgo crítico por debajo de los temas climatológicos. Hoy sigue siendo un tema relevante para el negocio, [solamente] superado por los de salud y sociales”, agregó Garrat. De esta manera, dio la voz de alarma al sector minero energético.

Si bien los ciberataques se han asociado tradicionalmente a las empresas financieras, Garrat señala que el sector industrial es también un objetivo de las organizaciones criminales. “Los atacantes no lanzan un ataque a diestra y siniestra, a ver quién cae. Cada vez tienen un objetivo más estructurado y sus objetivos no son solo económicos. También buscan el acceso a planes estratégicos o proyectos que se van a construir, así como a temas reputacionales, con el fin de afectar la imagen de la compañía en determinado sector”, explica el experto.

De acuerdo con Deloitte, después de la pandemia, los llamados ransomware o secuestro de datos se incrementaron en un 435%: “ La consecuencia real de sufrir un incidente de ciberseguridad es la paralización de las actividades de la empresa”, afirmó Garrat.

LAS BRECHAS DE SEGURIDAD

El 95% de los problemas de seguridad se originan por errores humanos, indica Garrat. “Es la forma más sencilla de vulnerar la ciberseguridad de las empresas. Personas que sin tener intención de hacer daño, exponen información sensible”. Pero no es la única forma. “Las principales amenazas de ciberseguridad al 2030 en la industria son la cadena de suministro comprometida, campañas de desinformación avanzada, invasión de la privacidad, mal uso de videovigilancia, y más”, enumeró. Esto incluye el llamado phishing, un ataque cibernético que roba el dinero o identidad de la persona al sustraer su información personal, como número de tarjeta de crédito o contraseñas, al digitarlos en sitios webs que fingen ser legítimos.

El desconocimiento sobre la amenaza que implican los ciberataques ya ha impulsado, por ejemplo, la demanda de 3 millones de personas con conocimiento en ciberseguridad, y, según Garrat, esta seguirá incrementándose. Las cifras de Deloitte hablan por sí solas: el 60% de las organizaciones se encuentra en una etapa inicial de conocimiento y concientización; otro 40% ya está implementando medidas, y solo un 10% está en la etapa de integración y optimización, por lo tanto, explica el especialista, el trabajo que sigue por delante es enorme.

AVANZAR HACIA LA CIBERSEGURIDAD

“Muchos siguen viendo la ciberseguridad como un tema técnico y no como un tema estratégico. El responsable de dicha función es un jefe o un analista. No es un VP, no se sienta en el comité de gerencia a discutir con los responsables de negocio”, aseveró Garrat. En su lugar, propone un CISO o Chief Information Security Officer. “Debe estar en medio de la organización, interactuando con el CIO, con el área legal, financiera, y de riesgos. Todo esto elevado a la alta dirección. Va más allá de ver aspectos operativos”, añadió.

A las palabras de Garrat se sumó la intervención de Freddy Alvarado, director de la maestría de Ciberseguridad de ESAN, quien desde la academia apuntó a otro problema: la brecha de talento humano en el sector de ciberseguridad. “Se han generado una serie de especializaciones alrededor de ciberseguridad, pero lamentablemente las organizaciones no están requiriéndolos aún de una forma idónea”, afirmó.

Pero, según Alvarado, no puede haber transformación digital en las empresas sin una estrategia de ciberseguridad. “Su objetivo es proteger la información y sus tres características: confidencialidad (para que solo las personas autorizadas puedan acceder a la información); disponibilidad de información (para cuando se requiera); e integridad de la información (para que no se modifiquen la integridad de los datos)”, señaló Alvarado.

Roberto Suzuki, Business Development Manager OT de Fortinet Latin America, comentó que los ciberatacantes van a ir siempre al punto débil del sistema o al más fácil de vulnerar. “Si ven un sistema desprotegido, van a ir por él”, señala. “Ciberseguridad no es solo una herramienta, un firewall. Los ciberatacantes pueden atacar de distintas formas, por ejemplo, una memoria USB. El firewall protege el perímetro, pero no el sistema”.

UN COMPROMISO EMPRESARIAL

“Seguridad al 100% no existe”, dijo a su turno Juan Pablo Quiñe, arquitecto de seguridad de Kyndryl Perú. “Cuando decimos: ‘Queremos que mi empresa sea segura’, ¿qué estamos esperando? Primero, es necesario definir qué tan expuesto estoy, qué brechas van a afectar a mi estrategia, qué voy a implementar a nivel de negocio, y, a partir de ahí, qué brechas podrían aparecer”, explicó Quiñe, y como muestra señala que “cada tecnología que se suma implica un nuevo reto. Cuando, por ejemplo, las empresas decidieron migrar a la nube, también trajeron un conjunto de riesgos que se han tenido que ir mitigando”.

Una vez identificado el problema se puede tomar acción. “Pero sabemos que hoy los ataques son más complejos y con muchas capas. Un antivirus ya no es suficiente. Necesitamos tener seguridad por capas. Esto nos permitirá tener ciertos niveles de protección”, indicó Quiñe, y agrega lo que, considera, son los tres elementos claves de la ciberseguridad: visibilidad, control y capacidad de respuesta.

“Hay que generar conciencia en las organizaciones. Lastimosamente, muchas empresas van a tener que vivirlo para tomar las urgencias del caso”, afirmó.

Por último, Edwin Alarcón, Past President del Comité de Tecnología e Innovación de la SNMPE, cerró el bloque con una conclusión: “La complejidad de los ataques es cada vez mayor y necesitamos incrementar nuestra velocidad de respuesta a ciberataques. Ese es el mensaje que nos debemos llevar».

Fuente: Revista Desde Adentro.

El bloque de “Sostenibilidad: Un futuro bajo en carbono” del TICAR 2022 presentó un panorama sobre la sostenibilidad y cómo las empresas están abordando este desafío con tecnología como parte de su estrategia.

El segundo bloque del XIII TICAR se inició con una charla magistral de Pía Zevallos, gerente general de Libélula, cuya conferencia trató sobre “Un sector minero energético para un futuro bajo en carbono y digital” y un panel que contó con la participación de Carlos Mario Caro, gerente general de ISA REP; Elena Mendoza, gerente de Medio Ambiente de Pluspetrol Perú Corporation; y Karina Zevallos, CEO de Weir Minerals Perú. La moderación del panel estuvo a cargo de Ruth Escobar, jefe de Proyectos de Calidad de Sociedad Minera Cerro Verde.

FUTURO BAJO EN CARBONO Y DIGITAL

“El sector minero energético tiene un rol central en un futuro bajo en carbono”, enfatizó Pía Zevallos, gerente general de la consultora Libélula en su presentación en el primer bloque de ponencias del XIII TICAR. Ello se debe a que hacia el 2050 se esperar que las energías de fuente renovable representen el 44% del consumo (hoy son el 14%); aumente la producción de autos eléctricos de 1.2 millones en la actualidad a más de 900 millones; y que la demanda de cobre y litio, metales clave para la descarbonización, crezca de manera importante.

“En paralelo, las empresas deben hacer un seguimiento minucioso a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y a los impactos ambientales. Muchas de sus operaciones, en el futuro, están en zonas donde el estrés hídrico se agravará. Por ello, el sector minero energético debe entender, gestionar y reducir su impacto en el medio ambiente”, comentó Zevallos. Con ello, las empresas no solo deberán medir su huella de carbono, sino también compensar, regenerar e invertir en proyectos que mejoren la naturaleza.

En el Perú, el 67% de desastres está relacionado a fenómenos climáticos y por ello, las empresas tienen que abordar el tema del cambio climático en sus operaciones. “Para ello, deben identificar sus activos que corren mayor riesgo frente al cambio climático, identificar cómo la descarbonización afecta la demanda de sus productos y cómo pueden cambiar sus procesos para un nuevo contexto bajo en carbono”, comentó la experta, para quien la mina digital, que gestiona eficientemente recursos como la energía y el agua, y está totalmente interconectada, ya es una realidad que debe replicarse.

Zevallos presentó algunas cifras de un estudio reciente que hizo la SNMPE con el apoyo de Libélula. De 37 empresas mineras agremiadas que participaron del estudio, se reportaron 233 iniciativas climáticas, de las cuales 137 corresponden a acciones de mitigación y 96 a acciones de adaptación. Como parte de las acciones de mitigación, las acciones de ecoeficiencia y reducción de consumo y valorización de residuos son las que más destacaron. Y, por el lado de la adaptación, están las acciones de mejora en manejo y tratamiento de aguas, así como el impulso a las buenas prácticas agrícolas frente al cambio climático.

“Las empresas están tomando el reto y haciendo que las cosas pasen”, apuntó Zevallos.

ACCIONES PARA CONTRIBUIR CON LA SOSTENIBILIDAD

En el panel que siguió a la presentación de Libélula participaron representantes de la empresa de transmisión de energía ISA REP; de Pluspetrol Perú Corporation, operador del Consocio Camisea; y de Weir Minerals Perú, dedicada al diseño y fabricación de productos y servicios de ingeniería para las industrias de minerales, del gas, el petróleo y la energía.

Carlos Mario Caro, de ISA REP, comentó que “cuando hablamos de sostenibilidad, hablamos también de tecnología. Dentro de la empresa tenemos un propósito superior y dentro de este propósito tenemos algunos indicadores que debemos cumplir al 2030. Dentro de estos propósitos está subir el EBIDTA, pero también hay otros, como disminuir en 5.8 millones de toneladas nuestras emisiones de CO2 al 2030. En nuestros indicadores de desempeño, tanto los financieros como los de disminución de nuestra huella de carbono, tienen el mismo peso”.

Para disminuir su huella de carbono ISA REP impulsa proyectos como Jaguar, que ha permitido ayudar a proteger los bosques amazónicos donde habita el jaguar. “También nos ha permitido asumir un rol de comprador de bonos para apoyar proyectos forestales en Latinoamérica, en los que se emiten y comercializan bonos de carbono certificados bajo los más altos estándares internacionales”, indicó Caro.

Según el ejecutivo, “se necesita armar un ecosistema que nos permita garantizar la tecnología para nuestros procesos de sostenibilidad. La tecnología está, lo importante es aprovecharla”.

Por su parte, Elena Mendoza, de Pluspetrol, comentó que este año se ha revalorado el propósito de la compañía. “Hoy queremos ser protagonistas del futuro de la energía sostenible”, señaló. “Cuando se hizo Camisea había una gran preocupación del Estado y sobre todo de la sociedad civil y las comunidades respecto de la pérdida de sus recursos y de la migración no deseada [de población a la zona]. Pero Pluspetrol implementó una tecnología offshore-inland para la extracción y transporte de los hidrocarburos y sin apertura de caminos. Así, Pluspetrol logró plasmar el objetivo de cuidado del ambiente mediante la aplicación de una serie de metodologías para reducir sus impactos en cada fase de la operación”, explicó en el panel.

“Hoy estamos buscando cambiar el chip de todos los que formamos parte de la compañía para definir nuevas propuestas de valor (…) Estamos en un punto de quiebre en el que la tecnología y la innovación juegan un papel importante, pero lo más importante es dar importancia a las personas. Desde el punto de la sostenibilidad, todo lo que hacemos repercute en las personas y en las generaciones que vienen”, aseveró.

Finalmente, Karina Zevallos, de Weir Minerals Perú, comentó que han cambiado los paradigmas en las empresas proveedoras de soluciones tecnológicas. “Muchas veces se piensa que los proveedores van a buscar a los mineros para vender un producto y solo conseguir ingresos. Esto ya está quedando en el pasado, sobre todo para los proveedores grandes que son aliados de las empresas minero energéticas”, comentó.

“Los proveedores tenemos que buscar alianzas con la academia, pero también entre proveedores, y ahí es donde hay un espacio enorme de crecimiento. Cuando combinas experiencias de empresas que llevan mucho tiempo en el mercado puedes obtener más conocimiento para resolver los problemas de la industria. Las empresas tenemos que darnos cuenta de que no competimos, sino que nos complementamos. Esto produce un efecto de contagio que puede dar más tracción al crecimiento de la industria”, concluyó.

Fuente: Revista Desde Adentro.

El presidente de la SNMPE abrió XII TICAR, el evento de tecnología e innovación del sector minero energético, haciendo un repaso de sus avances e identificando sus próximos desafíos.

El sector minero energético se ha destacado siempre por su innovación, señala el presidente de la SNMPE, Raúl Jacob, en la inauguración del XIII TICAR 2022. Pero, ahora más que nunca, en medio de una coyuntura política inestable, la tecnología, la conectividad y la bioseguridad pueden convertirse también en una oportunidad para la generación de nuevas alternativas y soluciones para los grandes problemas y desafíos del sector minero energético.

“La bioseguridad es un punto de gran importancia: ya hay operaciones mineras en el Perú que tienen trabajadores de manera remota, lo cual reduce sustancialmente el riesgo de accidentes que involucren a personas. En conectividad, tenemos cada vez mejores capacidades de comunicación, y eso está mejorando la productividad de nuestras operaciones. El impacto de la tecnología de la información, también se ve reflejado en el aumento de velocidad de las soluciones, y la ciberseguridad es clave, cuando hemos visto un aumento de ataques de hackers a empresas mineras”, detalló Jacob.

PANORAMA MINERO ENERGÉTICO

Previamente, el presidente de la SNMPE brindó un panorama sobre cómo avanza el sector minero energético, destacando que su participación dentro del PBI es del 13.2% (minería 9.7%, hidrocarburos, 1.8% y electricidad 1.7%), así como su potencial para la generación de empleo, el cual alcanza los casi dos millones de puestos de trabajo, que incluyen 250 mil empleos directos.

“El 68% de las exportaciones peruanas, es decir, dos de las terceras partes de lo que exporta el Perú, está relacionado con los sectores agrupados por la SNMPE”, afirma Jacob, quien también destacó que la participación en la inversión privada del sector minero energético representa el 22%. De este porcentaje, el 15% corresponde al sector minero.

“Previo a la cuarentena, estamos prácticamente igual en cuanto al volumen de producción y PBI del sector minero. En el caso de hidrocarburos, vemos una situación más complicada, venimos en una caída de varios años y hemos caído en la mitad de la producción petrolera del Perú, y si bien hemos tenido la buena noticia del gas de Camisea, en lo que es producción de hidrocarburos, estamos al 77% de la situación pre pandemia”, comentó.

En el caso del PBI eléctrico, señala Jacob, este es el único que ha crecido y moderadamente, aumentando respecto a la situación previa con un 6% acumulado. Jacob también destacó los avances en los cambios de la matriz energética que ha permitido que más de 1 millón de hogares y comercios comiencen a utilizar el gas natural. “El 30% de la electricidad que se genera usa gas natural”, recordó.

“A partir de 2017 se inicia un nuevo periodo de crecimiento en los precios [de los metales]. Pero no es lo único que se necesita para que las inversiones mineras y energéticas y en hidrocarburos se den. Debe haber condiciones adecuadas para poder seguir adelante con los proyectos, y el resto está relacionado con la estabilidad política y de las reglas del juego, y un ambiente social de tranquilidad que, lamentablemente, no hemos tenido en los últimos cinco años”, afirmó.

Sin embargo, Jacob recalcó que las reservas de los principales minerales que produce el Perú han ido en aumento. “Hoy tenemos más reservas de zinc, plata y cobre de lo que teníamos en el 2000”, dijo. “La exploración minera, que es un punto de partida —toda gran mina empezó con un proyecto de exploración— ha permitido aumentar las reservas de manera importante y, por lo tanto, es importante promover la exploración”.

OTROS DESAFÍOS

Frente a los desafíos para frenar la conflictividad social, Jacob señaló la urgencia de respetar el Estado de derecho, así como una mayor diligencia para responder y prevenir conflictos por parte de las autoridades. En ese sentido, señaló la falta de articulación entre distintos niveles de Estado, aspecto clave para hacer un uso eficiente y transparente de los recursos que genera la minería.

Desde la SNMPE, Jacob compartió tres propuestas concretas para enfrentar estas problemáticas. Primero, establecer un mecanismo de resolución de conflictos que enlace los tres niveles de Gobierno y las instituciones del Estado. Segundo, mejorar el mecanismo de uso del canon y regalías para que se agilice su aplicación y se eleve la eficiencia en su ejecución, con una mirada territorial. Y, finalmente, priorizar el cierre de brechas sociales y el aseguramiento de servicios y bienes públicos para la población.

Fuente: Revista Desde Adentro

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